Recursos y juegos para realizar en casa

La participación de la familia es esencial

La manera de hablar se aprende en el entorno familiar. Los primeros modelos vocales son los padres y hermanos. La familia es la encargada de otorgar significado a los diferentes tipos y usos de la voz del niño. Por ello, es muy recomendable que los padres conozcan y realicen ciertos ejercicios que les serán de gran utilidad.

Si a pesar de nuestro intento de prevenir la disfonía en nuestro hijo, ésta apareciera o persistiera, debemos acudir a un especialista que le indicará el mejor tratamiento para la mejora de su voz.

Algunos de los ejercicios que se pueden realizar son:

• Con el pequeño/a tumbado en el sofá o la cama, coloquemos un libro pequeño sobre su abdomen. Indiquémosle que durante la inspiración el libro ha de subir lentamente, y en la espiración el libro debe descender. Si acostumbramos a que los pequeños de la casa utilicen el diafragma de manera habitual, la emisión del sonido de voz será más controlada.

El niño/a debe entender que su mejor patrón respiratorio es inspirando por la nariz y expulsando el aire-de manera controlada por la boca, mientras se habla. Aprovechar el aire para poder exponer más prolongadamente y dominando el volumen y tono de voz para que al resto nos resulte agradable escuchar voz.

• La lectura de trabalenguas infantiles ofrece múltiples beneficios como la mejora de la vocalización, potenciación de la memoria y el interés por leer, aumenta el afán de superación del menor, alimentan el lenguaje y el habla. El hecho de realizar este tipo de actividades conjuntamente con ellos, estrecha lazos afectivos y refuerza el vínculo familiar.

• Onomatopeyas divertidas: si queremos que nuestro hijo/a comience a dar un buen uso de la voz, es muy importante enseñarles a controlar las intensidades. Para ello, podemos elaborar unas tarjetas con dibujos y el sonido de la onomatopeya escrito. Nos vamos a sentar con los menores y vamos a enseñarles cómo se dicen y sobre todo insistirles en el correcto uso de intensidades. Vamos a mezclar tanto altas como bajas intensidades, sin exagerarlas ya que lo que queremos es su uso correcto y no derivar a un posible problema de la voz. El menor ira cogiendo tarjetas e imitando esas onomatopeyas, que anteriormente, le hemos enseñado cómo sería esa intensidad adecuada. 

• Relajación del cuello interactiva: es muy importante que la zona del cuello y hombros se encuentre relajada para un correcto uso de la voz, ya que cuanta más tensión acumulen los menores, más tendencia a usar mal la voz se dará. Vamos a relajar cuello de una forma creativa, diciéndoles que estiren el cuello como una jirafa de forma calmada (por ejemplo, estira el cuello despacito como una jirafa que se acaba de despertar, pero, ¡ten cuidado! si no lo haces despacio, te chocarás contra el techo). Dibujar con la cabeza un "8" en el aire también destensa mucho el cuello siempre que el menor lo realice con cuidado. Sonrisas grandes, lanzar besos al aire, abrir la boca como la de un león, apretar los labios, dar besos diciendo "muak", juntar los labios como si fuera a silbar soplando hacia fuera, simular bostezos, llenar las mejillas de aire como si inflaran globos, etc. 

• Soplar plumas: Es muy importante controlar el soplo y las respiraciones de los menores para un uso correcto de la respiración durante el habla. Para ello, vamos a coger plumas coloridas que pueden comprarse en cualquier sitio, y se las vamos a colocar sobre la mano. La intención de esto es que el niño sople unas veces más fuerte y otras más flojo, de forma que el soplo se verá controlado. 

• Agua, jabón y un vaso: A los niños les encanta hacer pompas, y este juego es una forma divertida de que controle el soplo y la respiración. Para ello, vamos a necesitar agua, un poco de jabón y un vaso. A continuación, le damos una pajita al menor, que deberá introducir en el vaso y soplar dentro de este. Las pompas empezarán a crecer y crecer.

• Silbatos: los silbatos también ayudan a controlar el soplo y a distinguir intensidades. Si el niño sopla muy fuerte por el silbato, le vamos a decir que ese sonido es muy molesto y dañino. Le tenemos que enseñar a imitar la intensidad que nosotros hagamos con el silbato.

• Cuadrante para el frigorífico: Para animar al pequeño a mantener un buen cuidado de las cuerdas vocales, hemos diseñado esta especie de cuadrante que los padres pueden colgar en el frigorífico y que el pequeño marque aquellas tareas que realice. Cuando alcance un número de tareas realizadas concreto, por ejemplo, si tiene 10 puntos positivos durante la semana se le premiará con algo de su elección y que pueda disfrutar en familia o individualmente. 

• Yoga o mindfulness: Es muy importante para los casos de disfonías mantener el cuello y una postura relajada. Podría ser muy útil realizar ejercicios de yoga o de mindfulness que favorezcan esa relajación corporal. Es una actividad que se puede realizar en familia y resulta muy amena.